Espada de influencia La Tène

Es un tipo de espada que tenía pendiente hacer, ya hice una hoja de este tipo pero acabó siendo una espada de antenas desarrolladas, que es un tipo de espadas con una cronología que me atrae más. Pese a mis preferencias, para poder explicar el armamento preromano en la península necesitaba tener una y desmitificar un poco la idea de pueblos preromanos armados todos ellos con falcatas más propias de otras regiones y no de la zona donde vivo.



Aunque se trata de un arma propia de la Europa céltica durante la Segunda Edad del Hierro, tiene una gran presencia y está documentada en contextos culturales muy variados dentro de la Península Ibérica.

Uno de los yacimientos que más armas de este tipo ha proporcionado es la necrópolis de Arcóbiga (Monreal de Ariza, Zaragoza) con más de medio centenera de ejemplares.

En la Península, la espada de La Tène se introduce en las panoplias mediante importaciones durante el siglo IV a. e., y alcanza su mayor desarrollo durante el siglo III a. e., cuando aparecen las producciones locales modificadas.

Estas espadas galas introducidas  en el siglo IV a. e.  tienen una característica vaina metálica compleja y realizada totalmente en hierro que se suspendía verticalmente del cinturón con una hembrilla metálica. Mientras en la Galia evolucionaron en hojas muy largas y punta roma, en la Península permaneció durante los siglos III-II a. e.  sin apenas modificaciones en la hoja y sustituyendo la vaina metálica por una más mediterránea, de cuero con armazón metálico y el característico sistema de suspensión con anillas. Este párrafo esta hecho a grandes rasgos, siendo que la evolución y tipología de estas vainas es mucho más compleja y variada.

Mi espada La Tène de 78 cm

Mi espada


He intentado ser fiel a los datos arqueológicos y donde apenas hay datos como en el caso de las partes orgánicas me he tomado cierta libertad usando modelos galos. Por supuesto como todo lo que sale de mi fragua se ha hecho con una metodología similar a la usada en el pasado y sin máquinas modernas.

La hoja


La forma de estas espadas es de hoja recta y doble filo y no superan los 80 cm, hombros rectos u oblicuos y empuñadura de espiga que en la mayoría de los casos presenta un botón. La hoja tiene cuatro mesas con sección rómbica, carecen de nervio y acanaladuras, aunque hay excepciones locales que incorporan estos elementos. En mi caso he seguido al pie de la letra esta descripción dando a mi espada unos 78 cm. Tras la forja hice un desbaste y pulido a piedra, con un acabado casi en bruto sin llegar a sacar filo. La hoja es brillante aunque al fotografiar he preferido que se aprecien los detalles de forja y de la empuñadura.
Hoja a forjada a cuatro mesas


Las medidas que he usado de referencia son las de una espada tipo La Tène aparecida en la necrópolis del Mas de Barberán (Nogueruelas, Teruel). La espada de Mas Barberán tiene sección lenticular pero yo he preferido hacerla a 4 mesas.
La espiga es de sección rectangular terminando en una punta cuadrangular.

Detalle de la espiga de sección rectangular y hombros caídos

La empuñadura, guarda, puño y pomo


Me decanté por madera de olivo, por casa tengo troncos de mis olivos que tienen una veta muy hermosa pero que dan muchos problemas, es necesario darle al hacha para ver qué sale dentro y tener la suerte de que no esté rajada la madera.

Usando el hacha para sacar un bloque
guarda y pomo de una misma pieza de olivo

Para la guarda y el pomo pensé en un diseño bipartito y ambos elementos simétricos los saque de la misma pieza de madera. Estas piezas se unirían al conjunto intercalando dos discos de latón (hay registro arqueológico de espadas de La Tène con discos de latón).

En el relieve de Osuna (Sevilla) un guerrero porta una espada con pomo trilobulado que pude usar de referencia, pero prefiero mi diseño que recuerda un poco a las formas antropomórficas celtas.




Los puños en este tipo de espadas tienen una medida entre 5 y 7 cm que no es mucho pero gracias a la forma del puño y de la guarda entra muy bien la mano. En mi espada la medida es de 65 mm.

El trabajo lo realicé con herramientas manuales y dándole un acabado a cera natural. Las piezas se insertaron en la espiga sin ningún tipo de pegamento moderno aunque sí que utilicé una mezcla de cera y resinas para rellenar algunos espacios. Para asegurar todas las piezas forjé un botón y remache la espiga en frío.

Detalle del botón con la espiga remachada en frío

Conclusiones

Aunque en un principio no tenía gran afectividad a este tipo de espadas, trabajando en ella he sentido un acercamiento y aprecio a estas espadas rectas que posiblemente dieran origen al Gladius Hispaniensis.

El que tuviese una empuñadura de madera me hizo dudar de su buen equilibrio, pero lo cierto es que, aunque algo adelantado el centro de gravedad, se esgrime con facilidad.

Tenerme que documentar sobre la influencia de La Tène en el armamento peninsular me ha abierto un mundo a nuevos objetos que poder reproducir y valorar. Ha sido de gran ayuda la tesis de Gustavo García Jiménez titulada “El armamento de influencia La Téne en la Península Ibérica (siglos V-I. a. C.)”.

Queda pendiente la confección de la vaina, algo bastante más complejo de lo que parece y que debido a la variedad tardaré tiempo en decidirme.

Esta espada es un trabajo para mi colección personal, no obstante si quieres encargar una espada similar y personalizada puedes contactar a través del correo de nuestra tienda.

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